miércoles, 5 de octubre de 2011

ADICCIONES MÁS COMUNES

Marihuana (hachís, cannabis)
La planta en cuestión, cannabis sativo, crece de forma arbustiva en zonas cálidas pudiendo sobrepasar los 6 metros de altura. El hachís se obtiene de su resina. Esta sustancia contiene numerosos componentes psicoactivos, pero el de mayor importancia es el denominado THC. La dependencia a esta sustancia es fundamentalmente psíquica, sin componente físico de importancia, pero no por ello debemos dejar de hablar de dependencia. Los síntomas de intoxicación, entre otros pueden ser: temblores, irritabilidad, ansiedad, e incluso insomnio. Hoy en día el THC empieza a emplearse en algunos lugares con aplicaciones terapéuticas como sedante para casos muy concretos, por ejemplo, de dolores crónicos. Siempre bajo control médico. Aun así su empleo continúa levantando fuertes polémicas, entre otras cosas porque la marihuana al ser consumida de la forma habitual en que lo hace el adicto, junto al THC se está ingiriendo multitud de otras sustancias, algunas sumamente perjudiciales para la salud. Los problemas a largo plazo derivados de su consumo habitual todavía se encuentran en fase de estudio, pero los resultados que se van obteniendo indican que acaba afectando negativamente a la salud.

Heroína

De similares efectos a la morfina, la principal diferencia es la mayor potencia de la heroína. Se trata de un opiáceo de gran potencia y toxicidad, lo que la convierte en una de las drogas de mayor peligrosidad, máxime teniendo en cuenta que la dependencia puede llegar a desarrollarse en un par de semanas. En las etapas iniciales del consumo el efecto psíquico es muy fuerte, pero posteriormente éste se ve desplazado por un efecto predominantemente físico destinado a combatir el síndrome de abstinencia. La vida del adicto pasa en muy poco tiempo a centrarse en encontrar el modo de eliminar la abstinencia. Tras la ingestión de esta droga se produce un breve efecto placentero de euforia que rápidamente decae siendo sustituido por una desagradable sensación de malestar. No se trata del síndrome de abstinencia, pero impulsa igualmente a buscar una nueva dosis con el consiguiente peligro de muerte por sobredosis. Disfunciones sexuales, falta de concentración, depresión, incapacidad de realizar razonamientos más o menos complejos, y conductas potencialmente violentas, son algunas de las consecuencias de su consumo. 

Cocaína
La cocaína es un alcaloide que actúa como un estimulante cerebral de gran potencia. Tiene además efectos vasoconstrictores y de analgésico local. Una de las formas de consumo más habitual es por aspiración nasal, siendo absorbida por las mucosas nasales. La cocaína actúa sobre el sistema nervioso central provocando efectos inmediatos, a los pocos segundos: aumenta la potencia muscular, aumenta el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, aparecen sudoraciones, etc. La muerte por paro cardiaco, o por una parada respiratoria, siempre es una posibilidad con cada toma. Los efectos psíquicos son variados: euforia, aumento de la seguridad en uno mismo, inestabilidad, etc. Pero a cambio se produce una seria destrucción neuronal y a las largas tendencias suicidas, depresiones, fobias, amnesia, alucinaciones, irritabilidad, etc., y en general resulta imposible encontrar placer más allá del mismo consumo de cocaína.


 

 Crack
Se trata de un derivado barato de la cocaína, de gran toxicidad. Esta toxicidad es tal que resulta imposible administrar el crack por vía intravenosa por lo que debe ser inhalado. Provoca lesiones cerebrales irreversibles.

Speed              

Se trata de un nombre en argot que se ha aplicado a diferentes sustancias dependiendo del lugar y el momento. El más conocido quizá haga referencia a las anfetaminas, aunque también se aplicó a combinados de heroina y cocaina. Presenta fuertes efectos mentales como aturdimiento, confusión, incoherencia, etc. La sintomatología puede ser muy variada, pero siempre está presente el riesgo de coma y muerte.  


Anfetaminas

Sustancia euforizante que provoca un cierto gran nivel de agresividad. 

Extasis  (MDMA)
Se trata de una droga psicoactiva de origen sintético con efectos alucinógenos. Como compuesto es de una gran adicción y toxicidad, lo que lo vuelve bastante peligroso. Excitación e hiperactividad son algunos de sus síntomas más relevantes, pero por otro lado provoca trastornos físicos graves como taquicardias, trastornos musculares, visión borrosa, sudoraciones, escalofríos, desmayos, etc., además de trastornos psicológicos como por ejemplo pérdidas de memoria, problemas con el sueño, confusión, etc.
Y, desgraciadamente, un largo etcétera. 

El alcoholismo
Es un tipo de drogodependencia. Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo. El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso son la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento. El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con erosiones en las paredes del estómago debidas a las náuseas y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien, y esto ocasiona deficiencias nutricionales en los alcohólicos de larga evolución. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis hepática). El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol


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